Con huesos y trozos de carne moribundos procedentes de mi cuerpo, hago visible mi situación mental, con sangre y escombros putrefactos muestro mis sentimientos, mientras las larvas carcomen mi cámara craneal, las moscas se alojan en mi cavidad torácica, mis palabras son fétidas, la visión nublada y mi aliento se esfumo.
1 comentario:
Antes de la oscuridad conoció la luz. Los destellos fueron tales que permanecieron haciendo más brillantes de lo normal las blancas nubes nocturnas. Recostado y conteniendo la respiración mientras trataba de convencerse de su propia ausencia, soñaba y tenía la certeza absoluta de que la ideología no muere porque no es de uno, no es nuestra. Al final lo que muere es la carne y, que bueno, vive la memoria trascendiendo los tiempos y los espacios. A veces se cuela entre los sueños, en el humo, el vaho o las tasas de café. Y seguía ahí, colándose, incluso en las bebidas descafeinadas.
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