lunes, 21 de diciembre de 2009

Repiza

Si de vez en cuando, aquel, aquel que prometió tanto, diera un espacio, diera unos pasos, evitara de poco a poco el susurro del viento, aquel susurro que lo hace tan vulnerable, si de vez en cuando, aquel, evitara las nostalgias, evadiera las penas y se diera un respiro, solamente así, aquel lastre que lleva atado al cuello lo dejaría descansar, ¿en paz?, ¿por la eternidad?, de los cajones mas polvorientos, este susurro que el viento convirtió en ventisca, arraso con las pocas neuronas que le servían para marcar las fechas del calendario y las horas del reloj....

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