jueves, 3 de diciembre de 2009

Promesas

Y el dijo: que las cosas vuelen, que el viento se las lleve y que junto a las tristezas también se largue la felicidad, solo quiero estar, sin pensar, mientras el limpiaba la humedad de su rostro y realizaba que no lloraría jamas, no llorar, ni en honor a la muerte, ni en honor al pasado, no llorar, en honor a todas esas cosas humanas, de a pocos el se fue adentrando en un desierto amarillo, mientras limpiaba su navaja, el prometió no volver a sentir jamas, tenia un corazón en la mano, tenia su corazón en la mano, el cual conjuro y lo volvió música, el cual conjuro y lo volvió un relicario, con una fotografía negra y sin retratos, el desierto era acogedor, solitario, con el sonido del blues que el corazón había dejado, no volvió a ver atrás y prometió en soledad estar solo..

1 comentario:

Rocío Gress Carrasco dijo...

Sus articulaciones verbales no coincidieron, al punto actual, con las necesidades de su corazón. En una estación Él cayó en la cuenta de que la felicidad y la tristeza son efímeras, de que se ESTÁ feliz o se ESTÁ triste, pero no se ES feliz ni triste como estado perpetuo… que bueno. Descubrió a buen tiempo que son estos estados transitorios los que le permiten discernir entre lo agradable y lo desagradable, entre la vida y la muerte. Seguía vivo y lamentaba la vida, lamentaba vivir y sentir. Cuando quiso despojarse de la vida al viento… cayó en si mismo, no puede. El ángel tenía ganas de cruzar el desierto y no sabía cómo, pensaba en el tiempo caótico y no escuchó las voces de jade… Es su corazón, puede decidir sobre él, puede elegir… y eligió el camino opuesto al de la voz que quiso cuidar y salvar su corazón… La soledad es otra mala elección, la esquizofrenia y la demencia son la elección en la turbulencia de Aquel que cobardemente ha renunciado a vivir. No se prometa, ángel viajero del tiempo, no prometa lo que no es justo cumplir. Sienta, llore, ame, viva…