miércoles, 2 de diciembre de 2009

Sombra sobre la roca bajo un cielo naranja....

De la húmeda visión que de sus ojos parte, a la maldita dicción que su boca emite, desde los latidos mas débiles que su corazón da y la sensación de que su vida pasa en una cinemática por su cabeza, el espera a que tus acciones se vuelvan materiales y se da cuenta de que hay mas gente en el mundo, reflexiona, se sienta en una roca y ve como la cinemática va acabando, ve al cielo, se despide de ti, se despide de el, te da las gracias y te manda un beso, el corazón, un te quiero, varias letras y un suspiro, mientras cierra los ojos y se dispone a finalizar este viaje....

1 comentario:

Rocío Gress Carrasco dijo...

Que placer el celuloide, las imágenes proyectadas resultan una oralidad sensacional. Mirando se palpa, se siente, se REcuerda, se REvive… A veces, sólo a veces las recurrentes imágenes cansan por el pasado, pero ¿quién activa el mecanismo sino el proyector solitario en la cabina del cinema? Al final, el proyector recuerda por que así lo ha decidido, aunque no necesariamente lo necesita. Y cuando la inercia termina y deja de girar, la cinta cae estruendosa en la oscura cabina… ¿Porqué no enciendes la luz, sería más fácil, no? se decía, pero no lo prefirió. El pasado no termina, sólo deja de ser… ahora que miró, ahora si, apenas inicia otro viaje cierto.